Primavera

Estaba siendo una primavera difícil. Mis hormonas estaban excesivamente revoltosas (incluso para esa época del año). No descansaba por las noches, era cerrar los ojos y empezar a tener sueños eróticos. Las situaciones eran de lo más diversas: en el coche, en la cocina, en la oficina, en las escaleras, en lugares públicos, en solitario, acompañada, tríos, orgías… Despertaba a media noche con una gran excitación, que iba subiendo en intensidad conforme pasaban los días y cada vez resultaba más difícil de solucionar. Aquella noche desperté muy agitada y una frase me vino, inmediatamente, a la cabeza “cariño, hay que ser una señora en la calle y una puta en la cama”… “una puta en la cama”, pues si, iba a hacer caso a ese consejo, esa noche iba a ser una puta aunque para eso tuviera que salir de la cama. Mire el reloj, aún no era demasiado tarde, seguro que algo habría abierto. Salté de la cama, dirección a la ducha, mientras planificaba como convertirme en una golfa por una noche. Despué...