Crecemos convencidos de que allí fuera se encuentra nuestra media naranja, el príncipe azul, aquella persona que encaja a la perfección contigo; que te llevará a palacio, te colmará de besos y mimos y con la que seréis felices por los siglos de los siglos. Te cuentan esto de pequeña y no lo dudas ni por un instante. Joer, es tu familia la que te esta vendiendo el paquete de la felicidad eterna ¿por qué ibas a dudar de la veracidad de sus palabras? ¿para que te iban a engañar? Pasan los años y te vas dando cuenta que este concepto de “media naranja” es bastante flexible (eso o es que yo soy rara de cojones) Esas dos piezas del puzzle, al que llamamos pareja, no encajan a la perfección, por las uniones pasa la luz. Pasados esos primeros momentos de enchochamiento ciego, en el que todo es perfecto y maravilloso, es cuando te empiezas a dar cuenta de las fisuras que existen en la estructura y resulta que: - Esa persona inteligente, con la que eres capaz de conversar durante horas y ...