El Encuentro

En esta ocasión (y en contra de mi voluntad) el autor quiere permanecer en el anonimato... joooooooooo. "Los dos amigos se encontraron en una cafetería discreta, en el barrio de Delicias en Zaragoza, se habían citado tras chatear, intercambiar misivas y flirtear un poco a través de Internet. Era un café tranquilo, no muy grande, que hasta hacía no mucho había sido una de las muchas “tabernas del pueblo” que jalonan ese barrio de la capital aragonesa. Aunque lo habían reformado hacía poco a coqueta cafetería, las paredes todavía parecían oler a los innumerable Farias fumados entre esas cuatro paredes, y en las esquinas todavía resonaban los ‘arrastro’ de las eternas partidas de guiñote de las tardes de los jubilados. - Me alegra un montón que hayas bajado al final, tenía dudas de que finalmente vinieras a verme – le dijo Silvia con la típica y sincera timidez de la persona que ha sido capaz de escribir las subidas de tono más descaradas en la pantalla de un ordenador. - ¡Cómo r...