El REGALO (En Mayúsculas)
Siempre le había gustado elegir regalos especiales para
personas especiales. Desde bien pequeña dedicaba días, semanas e incluso meses
en pensar cual era ese regalo que encajaba a la perfección para aquella
persona.
Para ella lo importante de los regalos no era el valor
económico, podía servir incluso una piedra de río; el verdadero valor de un
regalo era que la persona que lo recibía supiera que habían pensado en ella y
que ese regalo única y exclusivamente estaba destinado a ella y a nadie más,
nadie más sabría apreciar su significado.
Le gustaba ver que con el paso de los años esas personas
(padres, hermanos, parejas, hijos, amigos…) seguían conservando sus regalos de
una forma especial, conservando íntegro el significado con el que se hicieron.
Esta ocasión era igual, quería encontrar ese regalo especial
para esa persona especial. Un regalo que sin necesidad de palabras le dijera “Te
quiero a ti y tu estas junto a mí”
Estuvo pensándolo durante semanas pero todo lo que se le
ocurría lo descartaba de inmediato por no transmitir exactamente el mensaje que
ella quería. Un día supo cual era el REGALO, era PERFECTO, sabía que al
entregarlo el mensaje llegaría alto y claro.
Fue a comprarlo con toda la ilusión y lo guardo con gran
nerviosismo, no se lo podía regalar porque sí, tenía que encontrar ese momento
especial que le diera el significado completo a ese regalo-mensaje y lo encontró...
Por eso su decepción fue enorme al comprobar que, a las 48
horas, esa declaración de intenciones la enviaban directamente al contenedor de
basura…
Comentarios
No me pidas que me estruje el cerebro que ya tengo una edad...
Tomate el reto como mi regalo de cumpleaños