Hacía tantísimo tiempo que ya no se acordaba de su olor, de su sabor. Hacía tantísimo tiempo no era capaz de recordar su tatuaje Hacía tantísimo tiempo que no sabía si seguiría siendo atractiva para él. Hacía tantísimo tiempo que quizás no fuera el mismo. Sonó el timbre, se sintió emocionada y nerviosa. No sabía como saludarlo, no sabía como recibirlo, no sabía como controlarse a si misma. Las dudas se despejaron. Sin mediar palabra él la beso, la beso con pasión, con deseo, con ganas de recuperar el tiempo perdido. Los nervios quedaron a un lado y entró en juego la pasión, el deseo. No podían esperar, tenían que recuperar el tiempo. Llegaron a trompicones al dormitorio, ese que tantas veces había sido testigo de su pasión. Le hubiera ayudado a quitarse la ropa pero prefirió mirarle, ir redescubriendo ese cuerpo que tantas veces había tocado, que tantas veces había deseado, sobre el que tantas veces había cabalgado… Estaba más rico, si cabe,...