El Director (No Todo Es Lo Que Parece)




El Director la había llamado al despacho, sabía que no era nada bueno, algún castigo le iba a caer, no sabía el motivo pero “algo malo” había hecho.

Antes de llamar a la puerta comprobó que tenía en regla su uniforme (la falda bien colocada, la blusita bien metida, la corbata con el nudo recto, los calcetines completamente subidos y los zapatos limpios y relucientes)

Trago saliva y llamó a la puerta (toc toc). Una voz le respondió con tono severo: 

.- Entra pequeña

Las rodillas le flaquearon pero empujo la puerta, cuanto más tardara en entrar peor sería.

.- Sabes porque estas aquí ¿verdad?

No tenía ni idea pero la experiencia le había enseñado que era mejor declararse culpable, el castigo siempre era menor:

.- Si, Señor. Lo siento muchísimo, no se volverá a repetir

.- ¿Piensas que con poner cara de niña buena y decir un “lo siento” es suficiente? Ya sabes que no… Ya sabes que debes hacer… y NO ME HAGAS PERDER TIEMPO

A punto de llorar se tumbo sumisa sobre su regazo, dejando su culo en pompa para que le pudiera dar los “merecidos” azotes.



En esta ocasión, el Director, introdujo una variante, le pidió que pusiera sus manos a la espalda, se las ato  para inmovilizarla.

Se sentía completamente indefensa. Él empezó a azotar su culito con la palma de la mano pero debió pensar que la faldita era un obstáculo, la levanto bruscamente, dejando al descubierto sus braguitas blancas de algodón, volvió a darle unos azotes.

Paró de repente, ella se alegro de que el castigo hubiera sido tan liviano en esta ocasión pero… SÓLO HABÍA PARADO PARA BAJARLE LAS BRAGUITAS… jo, debía ser muy grave lo que se suponía que había hecho para que pensara que incluso las braguitas ofrecían demasiado mullido.

Siguió pegándole azotes en su culito desnudo, le empezaba a picar, síntoma de que lo debía llevar ya tan colorau como un pimiento morrón.

De pronto los azotes cambiaron, después de cada palmada le seguía una tierna caricia por su glúteo…. ¿se estará apiadando de mí? ¿se estará volviendo blando?

.- ¿Te he hecho daño mi pequeña?

No sabía que contestarle, seguro que era una pregunta trampa pero su sorpresa fue cuando noto como se agachaba para darle un dulce beso en sus glúteos.

.- Confirmado, se nos esta volviendo blandito -pensó para sus adentros y alegrándose de que el castigo llegaba a su fin

Pero no le hacía levantar para poderse ir y a ella le daba miedo preguntar

Siguió dándole suaves caricias en sus glúteos mientras le ponía algo fresco que aliviaba la picazón.

De pronto su mano se le escurrió entre sus piernas y comenzó a jugar con su cosita de hacer pipi. Se sonrojó de inmediato, incluso ella, por pudor, escasamente lo tocaba cuando se bañaba y él estaba jugando con su bultito. Comenzó a sentir sensaciones raras, cosas que jamás había sentido, calores, fríos, espasmos… un gemido escapó de su boca y le dio miedo que él se enfadara… lejos de enfadarse rió y dijo

.- Muy bien, así me gusta, mi pequeña putita

¡¡¡Que vergüenza!!! Lo notaba todo mojado ¡¡¡se había hecho pipí!!! pero pareció no importarle a él

La levantó y miró su cara mientras le desabrochaba la blusita y dejaba sus pechos al descubierto. Los besó, los acaricio y la hizo poner de rodillas.

Él se puso en pie frente a ella, se bajo la cremallera del pantalón y parecía que se iba a sacar su “cosita de hacer pipi”, ella cerro los ojos completamente avergonzada. Cuando se dio cuenta le hizo que abriera los ojos para ver lo que tenía delante.



.- No te asustes, pequeña, todo lo que hoy aprendas te servirá en el futuro. Ahora coge mi polla y piensa que es un helado del sabor que más te guste y… chupa, chupa como si fuera lo último que vas a comer en tu vida

Ella obedeció y comenzó a hacer lo que le había ordenado. Aquella cosa se fue poniendo cada vez más grande y mas dura, incluso le escuchó un gemido.

Las sensaciones que recorrían su cuerpo eran extrañas, no sabía si eran buenas o malas pero le gusta y, de repente, notó como si se hubiera vuelto a hacer pipi.

La levantó del suelo, se sentó en la silla y le beso los pechos mientras le indicaba que se sentara a horcajadas sobre él. Notó como algo grande y duro que se abría hueco en sus entrañas pero lejos de sentir dolor le pareció muy agradable.



.- Te gusta ¿verdad? Tu cara me dice que te gusta… y mucho… mi putita, vas a ser mi pequeña putita.

La agarró por sus caderas y la hizo moverse, la hizo cabalgarle… ella comenzó a notar un calor interior, algo que iba creciendo poco a poco y que culmino con grandes gemidos de los dos.

Cayeron rendidos sobre la alfombra. Cuando recuperaron el aliento él preguntó:

.- ¿Ha disfrutado mi pequeña?

Ambos estallaron en una sonora carcajada. Habían estado planificando la fantasía durante meses, tuvieron la paciencia de esperar a que absolutamente todo encajara y  no se dejaron ni un pequeño detalle por el camino y el resultado había sido ESPECTACULAR, mucho mejor de lo que ellos habían llegado a imaginar

Ya sólo les quedaba empezar a preparar la siguiente fantasía que pondrían en escena.


Comentarios

Dina ha dicho que…
Florencio, ¿Estas estudiando idiomas?
Florencio ha dicho que…
Idioma perruno.
;-)
Muy bueno Mari Dina, muy bueno!
Dina ha dicho que…
El idioma perruno lo entiendo... incluso hablo balleno... pero gracias por la traducción simultanea, jajaja
Dina ha dicho que…
Y digo yo (y esto es pregunta de examen... así que atento, Florencio... o quien tenga la respuesta) ¿Porque últimamente ciertas palabras aparecen como si fueran enlaces?... no entiendo nada
Elvis ha dicho que…
Tremendo relato. Me voy a dar una ducha de agua fría...
Saludos.
Dina ha dicho que…
Bienvenido por este rinconcinto, Elvis.
La ducha es por "la caló" ¿verdad?

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