En La Oficina
Mientras termino de recoger las cosas y apagar el ordenar, miro hacia la ventana... ¡¡¡Ya es de noches!!!... ¿qué hora es?. Miro el reloj, debería haber salido hace rato. Instintivamente, me giro hacia mis compañeros... no hay nadie, todos se han ido, soy la única que ha quedado en la oficina... me toca cerrar a mí.
Cuando me dirijo hacia la salida veo una luz encendida, me acerco para apagarla y... te veo allí, te has quedado trabajando... somos las dos únicas personas que nos hemos quedado.
Te miro, desde la puerta, y a mi memoria viene el recuerdo de aquella primera vez que nos vimos. Entre nosotros había una química especial, saltaron chispas; recuerdo el brillo en tus ojos cuando me mirabas e imagino el brillo en los míos al mirarte. JAMAS hemos hablado de ello, únicamente hemos tenido una relación laboral.
Mientras te observo noto que estas tenso, que estas preocupado y concentrado.
Estas sentado de espaldas a la puerta y no has notado mi presencia. Me acerco a ti, estoy tan cerca de ti que veo como están tensos los músculos de tus hombros... pongo mis manos sobre ellos y comienzo a darte un masaje. Intentas girarte para ver quien tienes tras de ti... con un rápido movimiento lo evito.
Eres listo, has comprendido que es un juego y cuales son las reglas.
Me quito el pañuelo, que llevo al cuello, y con él te tapo los ojos, así no podrás verme.
Sigo dándote el masaje en los hombros pero paro, quiero que sea realmente relajante para ti, te quito la corbata y te desabrocho la camisa.
Quiero verte, ahora estoy delante tuyo. Te empiezo a quitar la camisa y tu colaboras en ello. Me paro, unos segundos, a observarte bien, imaginaba lo que se escondía bajo la ropa pero, he de confesar, que la realidad supera a la imaginación.
Me humedezco los labios, me muerdo mi labio inferior... te besaría ahora mismo pero todo tiene su ritmo y su tiempo.
Estas expectante, no sabes quien esta contigo, no sabes que es lo siguiente que te voy a hacer, no sabes que te voy a dejar que hagas.
Vuelvo a tu espalda y continuo haciéndote el masaje, con mis manos, noto como te dejas llevar, como van desapareciendo las tensiones.
Mis manos bajan hacia tu pecho mientras mis labios empiezan a besarte la nuca... te gusta ¿verdad?. Paso mi lengua por el lóbulo de tu oreja, te la mordisqueo, tu respiración se acelera.
Echas los brazos hacia atrás, en un intento de tocar mis muslos. Te estas portando bien así que te lo permito.
No quiero hacerte sufrir, paso delante tuyo. Guió tus manos hacia mis pechos, me los acaricias suavemente. Buscas el contacto con mi piel, me quitas la camiseta y el sujetador. Sigues acariciándome, igual que yo a ti.
Me gusta mirarte, me gusta ver la expresión de tu rostro.
Con tus manos coges mi cara y acercas mis labios a los tuyos. Nos besamos apasionadamente, te mordisqueo el labio, me lo mordisqueas tu a mí.
Nuestras respiraciones están cada vez más agitadas, me gusta oírte.
Te quito el resto de ropa que te queda y empiezo a besarte, a lamerte... no quiero dejar ni un solo rinconcito, de ti, sin saborear. Empiezo por el cuello, voy bajando hacia tu pecho. Me entretengo mordisqueando tus pezones, sin sobrepasar el umbral del dolor, noto como se endurecen, casi tanto como los míos.
Sigo jugando con mi lengua, lamiéndote cada vez más abajo. Me entretengo en tu ombligo, me pides que continúe, sigo bajando, llego a tus ingles, con las que jugueteo buen rato. Noto tu excitación.
Me pides... me suplicas que te haga una felación. Yo te complazco, doy lo máximo de mí... me gusta oírte.
De pronto, me coges por los hombros y me pones en pie. Me quitas el resto de la ropa. Me pongo sobre ti. Empujas mi cuerpo para que este, completamente, en contacto con el tuyo pero... aun no, te voy a hacer sufrir un poquito más.
Mientras te introduzco dentro de mi me abrazas fuerte, me besas.
Somos como dos piezas de un puzzle que encajan a la perfección. Somos como el mecanismo de un reloj que se mueve sincronizadamente. Es como si hubiéramos hecho el amor siempre.
Nuestros cuerpos se agitan, disfrutamos del momento y ambos llegamos al orgasmo.
Continuamos unos minutos más unidos y acariciándonos el uno al otro, como si no quisiéramos que ese instante acabara jamás.
- ¿Quién eres? ¿Eres...
- Sssssssssssssssh – te interrumpo.
Intentas quitarte el pañuelo de los ojos y yo te lo impido. Vuelves a estar expectante... no sabes que va a pasar.
Recojo mi ropa, te doy un beso y me voy dejándote una nota:
"Pasa un placentero
fin de semana.
Besos”
Comentarios
Moño, creo recordar que en una ocasión te dije que la realidad siempre supera la ficción ¿no?... así que todo puede suceder.
Esa oficina (u otra paicida) la puedes encontrar en cualquier esquina de cualquier ciudad.
Carburo, ¿donde has dejado el romanticismo?... ains... así no te van a pasar jamás estas cosas.
Así que eras tú!
No te entiendo Dina; para qué tanto secretismo si después lo cuentas todo aquí?
Bueno... sí lo entiendo. Pero que sepas que desde el principio sospechaba que eras tú.
Solo una cosa... que sepas que estuviste genial. Me gustó;
Aunque por lo que veo... eso tú ya lo sabes. ;)
Me alegro de que te gustara.
Me ha gustado mucho el texto, y la forma de contar la fantasía... Quien no ha soñado con tener un affaire en la ofi?
Mira, me has dado una idea.....
Besitos!!!
¿Funcionario? ¿porque quieres ser funcionario?... los funcionarios sólo trabajan de mañana... así que difícilmente se te podría hacer de noches si fueras funcionario.
Y además las cámaras de vigilancia han captado toda la "acción". Te veo en youtube sin hablar que los dos quedas despedidos, pero eso sí, con una sonrisa. Mereció la pena.
¿Despedidos?... ¿porque iban a despedirnos?...
Aaaaaaaaaaaaaay, viciosillo viciosillo... que acabo de darme cuenta... tu lo que quieres es que te pillen... Claro, lo comprendo... si cuentas algo así ¿quien se lo va a creer? pero si te pillan...
Esta visto que entre lo real y lo ficticio os habeis propuesto que no duerma....
He entrao por casualidad, esta no es la Dina del otro blog.
Cada vez sé menos con quien hablo
si te doy mi correo ¿me envías una foto? te la devuelvo retocada y te aseguro que te gustará, a Paco ya le he hecho algun trabajillo.
Viacostarme.
Descuadrao, Chimo
como 1.70m
unos 63 kg
espontanea
mandona
coche tamaño medio, minimo 1.600cc
pelo rizado y oscuro
estudios: graduado con buena nota
y b.u.p. justico
y fumas pero poco
Bacardi con cola
Es como te imagino, dime cuanto me equivoco
tallereshuertas@ternari.com
Pistols, pero ¿auuuuuuuuun estas así?... hazme caso... calor de pecho ajeno y en cuatro días como nuevo.
Chimo, bienvenido a este mi blog... pasa y ponte cómodo.
Puedo prometer, y prometo, que si, que soy la misma Dina del otro blog... si no pregúntale a David.
Ah, y yo soy como una cajita de sorpresas... así que cualquier cosa puedes encontrar cuando la abras.