Vaya Semanita

Yo tenía previsto pasar un veranito relajado y tranquilo, sin tener vacaciones, y voy y me decido a pintar (vaaaaaaaaaaaaaale, técnicamente no podemos decir que lo he decidido por propia voluntad. Más bien fue un “Me pintas la habitación o me pintas la habitación. Opción C las dos opciones anteriores son las correctas”. Ante lo que sólo me quedo la posibilidad de un “Vale… pero no no pienso quitar el estucado”, afortunadamente tuve un pequeño momento de lucidez con lo del estucado) Así que la semana empezó, en lunes (claro), desmontando muebles (que en este momento te acuerdas de la madre que trajo al mundo a los montadores… ¡¡¡la cantidad de tornillos que emplearon!!!) Como a la nena le falta algo de brazo y de fuerza física… pues que la labor resulta algo dura. Continuamos en el martes, tocaba el momento encintado (que, oye, hace tiempo descubrí que es preferible trabajar más al principio para luego ir al mínimo esfuerzo posible… cuanta más superficie, de la que se puede manchar, p...