Triste Recuerdo
El recordar le producía una gran tristeza. Ahora era consciente de como se había aprovechado de ella a todos los niveles y, sobretodo y ante todo, en el terreno emocional.
Hubo quien le dijo que no tenía ninguna necesidad de pasar por eso y, seguramente, por una persona hacia la que no hubiera sentido nada no hubiera entrado al trapo pero cuando el amor se instalaba en su corazón ella era capaz de hacer cualquier cosa.
Recordaba los principios. La insistencia de él y la negativa de ella a iniciar una relación. Sabía lo que pasaba por la cabecita de él y mientras no hubiera un diagnóstico ella no quería aventurarse a nada. El diagnóstico llego: “eres un hombre con una sensibilidad especial pero todo esta bien”
En ese instante salto al vacío.
Meses después él le confesó que había mentido al psiquiatra para conseguir ese diagnóstico y que lo tenía claro, quería convertirse en mujer.
De pronto ella se sintió caer, un abismo se había abierto a sus pies. Se sentía en una enorme montaña rusa con muchos sentimientos encontrados. Decidió dejarse aconsejar por los sentimientos. Tenía unos sentimientos muy fuertes hacia esa persona con envoltorio de hombre y pensó que el cambio de envoltorio no tenía porque alterarlos.
Ella le regaló su primer estuche de maquillaje, le acompañó a comprarse ropa e intentó animarle para que dejara ver ese otro yo, que tenía escondido, en público. Tuvo que poner toda su vida sexual (a la que no le pasaba absolutamente nada) sobre la mesa para que los especialistas pudieran valorar…
La última vez que le vio él había tomado la decisión, errónea o no, de quedarse como hombre.
El final fue triste pero su recuerdo aún lo es más.
Comentarios
Jodidos prejucios.