No Soy Tu Hombre
A su
lado todo resultaba complicado: las alegrías y las tristezas; los silencios y
las conversaciones; las ausencias y los reencuentros; las risas y las
discusiones...
Todo
era un torbellino de emociones, de malos entendidos, de desconfianza…
“Olvídate
de mí. Yo no soy tu hombre”, le había dicho él muchas veces.
“Por tu
bien, te aconsejo que te lo quites de la cabeza lo antes posible… sus relaciones
siempre son así”, le había aconsejado algún amigo de él.
“Tienes
que darte cuenta por ti misma para poder superarlo”, le deseaban sus amigas.
Le
quería, le quería como jamás había querido a nadie. Le quería hasta doler, le
dolía su presencia, le dolía su ausencia, le dolía la indiferencia, le dolía el
desprecio…
No fue
capaz de trasmitirle confianza, su entrega… siempre faltaba o sobraba algo… una
tensión constante invadía sus vidas.
“Yo no
soy tu hombre”, una y otra vez se le repetía en la cabeza esa frase sin
sentido. Su corazón decía que sí, que podían ser muy felices pero ¿por qué insistía
en la idea? ¿por qué se empeñaba en pensar por ella?
Un día,
sin quererlo ni desearlo, sin buscarlo, se cruzó en su camino esa persona que
hizo que la frase cobrara todo su significado.
Se cruzó
en su camino un hombre que la conquistó. Un hombre con el que resultaba
sencillo todo. Un hombre que la volvió a hacer disfrutar de las conversaciones
y los silencios; de las separaciones y encuentros; de las miradas y las
caricias. Un hombre que la hizo sentirse viva, que consiguió que la ilusión
volviera de nuevo a su vida. Un hombre que le hizo recobrar el deseo de hacer
planes. Un hombre con el que hablaban el mismo idioma. Un hombre que consiguió que se olvidara de él.
Volvía
a sentirse mujer pero, sobre todo, volvía a sentirse una persona importante
para alguien.
Comentarios
Que lo disfrutes, guapa!
Lo dejaremos en nos gustamos mutuamente :)
Besotes guapetona