Pon Una Dina En Tu Familia
Esto de
que reciclaran los restos que no utilizaron en la fabricación de mis 3 hermanos
mayores ya no tenía muy buenas perspectivas, si además le añadimos: la rutina
del “trabajo” de fabricación, el pensar que la situación esta controlada y la
noche me confunde… el resultado soy yo… la pupas de la familia. Mientras el
resto de mis tatos no han tenido de casi na, yo… yo lo he pillado todo.
Hasta
hace unos días, cuando leí mi informe de alta, no había sido plenamente consciente
de ello. Ante la pregunta “¿Algún antecedente de interés?” yo solía responder “que
yo recuerde no”… mi sorpresa ha sido mayúscula al comprobar que SI tengo
antecedentes de interés.
Omitiré
todas aquellas enfermedades que se pasan en casita, os tranquilizaré informándoos
que me han dicho que no tengo próstata (una preocupación menos) y me centraré, única
y exclusivamente, en mis periodos "vacacionales" en centros hospitalarios, que yo
pensaba que eran pocos pero…
1.-
Debía tener la tierna edad de unos 3 ó 4 añitos cuando un tazón de leche
hirviendo asesino me atacó. Mi ingreso fue inmediato y mi disgusto mayúsculo,
porque el “vestido” de vendas que me habían puesto no llevaba mangas (a la
prueba gráfica me remito)
![]() |
Dina, con su "vestido" sin mangas... ¡¿¡¿a que era mu gonica?!?! |
2.-
Unos pocos años más tarde volví, en esta ocasión con engaños y malas artes. Me
prometieron que me dormirían por completo si yo permitía que me quitaran mis apreciadas
y queridísimas amígdalas… Debí empezar a sospechar que la cosa no iba bien
cuando me hicieron bajar andando a quirófanos, me hicieron poner unas calzas y
me encontré MI CAMILLA con todo el instrumental quirúrgico encima… en ese
momento todavía era joven e inexperta y ellos eran muchos y más fuertes.
3.-
Años más tarde (y en pleno San Lorenzo) hubo que interrumpir las vacaciones
porque la nena (usease yo) se puso malica. Yo estaba emocionada porque iba a
poder disfrutar de los 2 últimos días de fiestas… si, si, eso me creía yo…
aquella misma noche me pasaron a cuchillo sin saber que buscaban, lo que acabo
en una apendicitis a punto de convertirse en peritonitis. Así que ese 15 de
agosto lo pase sin poder comer ni beber, con un calor de la leche y
contemplando como las múltiples visitas disfrutaban comiendo sus helados en mi
presencia (¡¡¡mala gente!!!, aún los odio por ello, grrrrrrrrrr)
4.- No
mucho tiempo después volví a dar con mis huesos en otro centro hospitalario. En
esta ocasión goce del “privilegio” de mi aislamiento en una sala enorme y en la
que únicamente estaba permitida la visita a 3 personas (el páppa, la mámma y la
tátta). Diagnóstico: Meningitis meningocócica. El peor recuerdo lo protagonizó aquel
celador que mientras empujaba mi cama, dirección a infecciosos, me soltó: “¡¡Que
suerte has tenido, niña!! Hace unos años te hubieras muerto o te hubieras
quedado lela por esto”… y esto p’animar.
Después
vinieron unos años de calma… sería para que me confiara.
Los
ingresos 5 y 6 se podría decir que fueron buscados (durante 9 meses cada uno),
por aquello de que fue cuando nacieron mis cachorritas. A parte de que mi
estancia, en cada una de las ocasiones, se alargo por más de 10 días, con lo
que me quedo es con el descubrimiento de “¡¡la cantidad de músculos que se
mueven cuando te ríes!!” (no entraré en detalles “escabrosos” por aquello de
estar en horario infantil... sólo diré que por los bajos van los tiros) y que
un Señor Dostor Ginecólogo (nada más nacer mi cachorrita pequeña) me soltó un “pues
no ha sido para tanto, ha sido como echarte un pedete”, que no le dije cuatro
cositas por lo indigno de la posición en la que me encontraba (que tampoco la
detallaré más por el motivo anteriormente mencionado pero… echarle imaginación
que seguro que acertáis)
El 7º
fue voluntario, como decía mi especialista “tú quieres matar moscas a cañonazos”.
La cosa fue bien, casi la pille con ilusión y todo… hasta que llegó la noche y tuve que levantarme cada 2 horas a miccionar
(veis, cuando quiero soy muy fisna) debido a todas las gasas que me habían
metido en …., para hacer tapón, y no me permitían vaciar la vejiga.
El 8º
me pilló por sorpresa, a pesar del fiebrón y el cuello de ternasca que se me
había puesto, en plenos recortes ¡¡me ingresaban!! (existe documento gráfico... pero me niego a sacarlo a la luz pública) Por lo menos me queda que me
llamaron CHAVALILLA, que esto no cura pero sube la moral que te cagas.
Pocos días
después vino el 9º ingreso (del que también existe documento gráfico que se censura), si el anterior me pillo desprevenida y me sorprendió…
este ni os cuento, además de sorprenderme me ¡¡acojonó!!. La media de edad en
mi habitación debía rondar los 75 ó 78 años (así que os podéis hacer una idea
de la “juventud” de mis compis)… yo era la encargada de hacer de niñera y que
no se me escaparan de la habitación. Diagnóstico: NPI
Me han
dicho que si llego al 10º habrá una sorpresa.
Como
seguro de vida garantizado en mi próxima vida me pido una Dina de hermana.
Comentarios
Besos!
Como dijo aquel celador, tienes suerte de estar viva jajaja
Besos.
estou voltando para agradecer seu carinho comigo
eu entendo ,que a amizade é eterna quando somos amigos de verdade.
Nessa ausência pude compriender o quanto
sua presença enche minha vida de esperança.
Esta sendo difícil passar por mais essa fase
da minha vida.
De sorte a minha fé é inabalavel por maior ,
que seja minha luta procuro ser cada dia mais forte.
Eu ainda não sei de onde vem minha força,
mais acredito , que vem do Alto Dos Céus.
Onde as estrelas e os anjos me cobre de paz e de luz
restaurando assim minha vida.
Com muito carinho deixei um premio na postagem
caso gostar leve por favor.
Deus abençoe seu final de semana.
com carinho e minha amizade pra sempre.
Beijos no coração e na sua alma.
Evanir.