Vivir
Hay etapas que se cierran de una forma natural.
Otras la cierras porque no te aportan nada y son una pérdida de tiempo.
Existen otras que se deben cerrar cuando ya se han quemado, cuando las has exprimido al máximo y no les queda más jugo.
Sin embargo, hay otras que son muy difíciles de cerrar porque cuesta tomar la decisión:
- Son etapas que no aportan nada pero en las que sigues perdiendo el tiempo.
- Son etapas que no se han quemado pero ya no sacan más jugo.
- Son etapas a las que te has acostumbrado, que tienen una rutina y por eso son cómodas.
Esa comodidad es la que hace que permanezcas en ellas, que de miedo abandonarlas, que hace que te aferres a ellas con uñas y dientes.
Hasta que un día despiertas y decides sacudirte el miedo, la pereza, la rutina y la comodidad; cerrar de un doloroso portazo esa etapa para adentrarte en otra.
Toda nueva etapa, por la que empiezas a andar, esta llena de incertidumbres, de miedos, de inseguridades... pero, conforme vas avanzando por ella, te va dando alegría, te llena de satisfacción, te recompensa... Sólo es necesario, tener en cuenta, un pequeño detalle: “Jamás hay que volver a pensar en lo que hubiera podido pasar si no se hubiera cerrado la etapa anterior”.
Hay que disfrutar de cada momento positivo mientras se está viviendo y almacenarlo en tu interior. Si el momento es negativo sólo hay que dejar que pase y olvidarlo lo antes posible.
Yo, por mi parte, marco los cierres de etapa con un cambio de look... hace mucho que no me hago ninguno... ¿necesitare cerrar alguna etapa?
Comentarios
Maru: Anda, reposa un poco... que se te ha movido el poso, jejejeje.
Recomiendo encarecidamente la lectura de ese libro... ayuda mucho en la vida y a pasar por las diferentes etapas de ella ;)
Juanillo: Así es como hay que hacerlo... sin titubear, sin dudas... y siempre mirando hacia delante... También es un buen método el salir de viaje para marcar un antes y un despues... pero que le vamos a hacer, yo lo pago con mi pelo (será porque crece)