Las últimas 24 horas por estas tierras había que exprimirlas al máximo. Uno de los dueños del albergue me ha preguntado si quería que me cambiara la toalla, con toda tristeza le he tenido que decir que no hacía falta que mañana ya me iba y que me daba mucha pena, su respuesta ha sido "nosotros nos montamos el albergue para seguir en el camino" (¡¡Que majo!! Si algún día vuelvo por aquí con toda seguridad me volveré a alojar con ellos) Pronto a las calles para hacer las últimas compras: que si un número de la lotería de navidad, que si materia prima para hacerme el bocadillo de mañana, que si unos souvenirs, que si el último café. Vuelta a dejar todo en el albergue, de camino me he topado con una pareja de pulicias que estaban intentando "dialogar" con un chaval algo exaltado (he decidido no ponerme en modo cotilla y dejarles hacer su trabajo), y excursión hasta la estación, el número de pulicias se había incrementado (pero yo modo cotilla off), por aquello de va...
Comentarios
jajajaja
Ya han hecho bien en inventar la Güi de los Güevos!
Pitufa, por si, pero no sabría decir si la desaparición de la curvatura de la pantalla es la que provoca que les aparezca la curva de la felicidad o a la inversa.
Bruja, ¡¡que bueno!!... que va a ser que tienes razón... que no se me había ocurrido pensarlo... así que, a partir de ahora, habrá que preguntar ¿cuantos botones dices que tiene tu mando a distancia?... y luego, ya si eso, te planteas algo más ¿no?
Que?
Que nos den... no?
¿Igual es que me tengo que comprar la Güi de los Güevos?
y la discografría completa de los chunguitos.
Pesa 152 kilos, sentao, y despues de comentarle esto, lo que no entiende el hombre es como no tiene, como dice él, una tilivision dergá, tie que ser porque semos gitanos, aaaah maticalamacarí, chavó, pos si delante dió todos somos pelsonas humanas