El Otro Resumen Vacacional
Voy a intentar hacer un pequeño resumen de estos últimos días... ya veremos que sale.
Tanto el paisaje diurno como el nocturno eran dignos de verse. Os podría comentar algo sobre las coladas de lava, de los jameos... pero como eso lo podéis encontrar, con la ayuda del Sr. Google, me abstendré. También podría comentar sobre la fauna nocturna (compuesta, principalmente, por frikies... uuuuuuy, quería decir guiris) pero de ésto ya os lo ha puesto al día La Maru (si no lo habéis leído os aconsejo su lectura)
Así que me voy a dedicar a esos pequeños detalles, casi sin importancia, que me llamaron la atención.
Comenzaremos por el principio. Con este afán de protagonismo que nos caracteriza, a La Maru y a la aquí presente, fuimos las últimas en llegar al “vión” (casi vinieron a buscarnos para subirnos de la oreja) y... ¡¡¡Oh, SORPRESA!!! ¿Qué asiento era el mío? Pues me toco sentarme con las dos únicas personas que conocía (sin contar a La Maru, claro) de todo el avión (que, para rematar la jugada, no es que me caigan demasiado bien)
Como era de esperar, tuvimos un "apacible" vuelo con una excursión del INSERSO. Joooooer, esta gente se queja de que tiene problemas de movilidad pero... tan pronto se pudieron desabrochar el cinturón estaban todos pasillo arriba pasillo abajo. Que digo yo, las Compañías Aéreas se deberían plantear sondarlos a la par que facturan el equipaje.
Después de ese pase de modelos de la 3ª edad, del que pudimos “disfrutar”, nos dejaron en el hotel... ¡¡¡BIIIIIIIIIIEN!!!, eramos las dos únicas personas que bajaban en ese hotel. Nos toco el recepcionista graciosillo: “¿Ustedes vienen con el INSERSO?” (aaaaaaay, majo, en la que te acabas de meter... tu no nos conoces cuando nos ponemos guerreras)
Nos dan una habitación mu mona, cerquita de recepción... con su cocinita, su neverita, su sofacito, su terracita... to muy mono pero... ¡¡¡cama de matrimonio!!! ¿Porqué estas cosas NO ocurren cuando vas con pareja?
Vueeeeeeeeeelta a recepción a protestar... se hicieron los locos, como si ellos no supieran que la cama era doble (y yo voy y me lo creo, andaque...) Así que conseguimos un nuevo apartamentito, más grande, con 2 camas y vistas a la piscina (así podíamos contemplar como los guiris iban adoptando un color rosáceo, sin necesidad de movernos del sofá)
Descubrí que el Servicio de Salud de aquel Archipiélago se preocupa, y mucho, por la salud de sus clientes (varones, mayormente). El Servicio de Urología les recordaba, con cuñas publicitarias en radio, a todos los varones que tenían próstata y que se fueran mentalizando de que a partir de los 45 se la debían revisar (joer, yo tengo preparado un post dedicado a este tema, jamás lo he llegado a publicar, por las reacciones que produjo el de la orquitis, por no ser demasiado cruel y éstos lo lanzan así, sin anestesia previa ni na)
Tuvimos el “placer” de “disfrutar”, un día, de un guía turístico local. Aunque no os lo creáis, el colega fue capaz de estar hablando, sin parar, desde las 9 de la madrugá hasta las 6 de la tarde (menos el ratito de comer, claro) ¿nadie le ha dicho a este señor que no es necesario que esté todo el tiempo hablando? ¿nadie le ha dicho que algunas veces a la gente le gusta estar en silencio? ¿nadie le ha dicho que le puede gustar a la gente quedarse a solas con sus pensamientos? Eso sí, nos toco los temas más variados, tan pronto te estaba hablando de las erupciones volcánicas, que te contaba las investigaciones que estaban haciendo para rebajar los niveles de colesterol, que ejercía de crítico de cine, que te hablaba de como cultivar un huerto, que te aconsejaba que sitios visitar en la península, que te relataba sus viajes, que nombraba (sin quererlo nombrar) lo del trasvase del Ebro, que nos ponía al día de las energías renovables... bueno, un sinfín de cosas que nos importaban un pimiento morrón (no saque la recortá porque no pude meterla en la maleta que si no...)
Tanto el paisaje diurno como el nocturno eran dignos de verse. Os podría comentar algo sobre las coladas de lava, de los jameos... pero como eso lo podéis encontrar, con la ayuda del Sr. Google, me abstendré. También podría comentar sobre la fauna nocturna (compuesta, principalmente, por frikies... uuuuuuy, quería decir guiris) pero de ésto ya os lo ha puesto al día La Maru (si no lo habéis leído os aconsejo su lectura)
Así que me voy a dedicar a esos pequeños detalles, casi sin importancia, que me llamaron la atención.
Comenzaremos por el principio. Con este afán de protagonismo que nos caracteriza, a La Maru y a la aquí presente, fuimos las últimas en llegar al “vión” (casi vinieron a buscarnos para subirnos de la oreja) y... ¡¡¡Oh, SORPRESA!!! ¿Qué asiento era el mío? Pues me toco sentarme con las dos únicas personas que conocía (sin contar a La Maru, claro) de todo el avión (que, para rematar la jugada, no es que me caigan demasiado bien)
Como era de esperar, tuvimos un "apacible" vuelo con una excursión del INSERSO. Joooooer, esta gente se queja de que tiene problemas de movilidad pero... tan pronto se pudieron desabrochar el cinturón estaban todos pasillo arriba pasillo abajo. Que digo yo, las Compañías Aéreas se deberían plantear sondarlos a la par que facturan el equipaje.
Después de ese pase de modelos de la 3ª edad, del que pudimos “disfrutar”, nos dejaron en el hotel... ¡¡¡BIIIIIIIIIIEN!!!, eramos las dos únicas personas que bajaban en ese hotel. Nos toco el recepcionista graciosillo: “¿Ustedes vienen con el INSERSO?” (aaaaaaay, majo, en la que te acabas de meter... tu no nos conoces cuando nos ponemos guerreras)
Nos dan una habitación mu mona, cerquita de recepción... con su cocinita, su neverita, su sofacito, su terracita... to muy mono pero... ¡¡¡cama de matrimonio!!! ¿Porqué estas cosas NO ocurren cuando vas con pareja?
Vueeeeeeeeeelta a recepción a protestar... se hicieron los locos, como si ellos no supieran que la cama era doble (y yo voy y me lo creo, andaque...) Así que conseguimos un nuevo apartamentito, más grande, con 2 camas y vistas a la piscina (así podíamos contemplar como los guiris iban adoptando un color rosáceo, sin necesidad de movernos del sofá)
Descubrí que el Servicio de Salud de aquel Archipiélago se preocupa, y mucho, por la salud de sus clientes (varones, mayormente). El Servicio de Urología les recordaba, con cuñas publicitarias en radio, a todos los varones que tenían próstata y que se fueran mentalizando de que a partir de los 45 se la debían revisar (joer, yo tengo preparado un post dedicado a este tema, jamás lo he llegado a publicar, por las reacciones que produjo el de la orquitis, por no ser demasiado cruel y éstos lo lanzan así, sin anestesia previa ni na)
Tuvimos el “placer” de “disfrutar”, un día, de un guía turístico local. Aunque no os lo creáis, el colega fue capaz de estar hablando, sin parar, desde las 9 de la madrugá hasta las 6 de la tarde (menos el ratito de comer, claro) ¿nadie le ha dicho a este señor que no es necesario que esté todo el tiempo hablando? ¿nadie le ha dicho que algunas veces a la gente le gusta estar en silencio? ¿nadie le ha dicho que le puede gustar a la gente quedarse a solas con sus pensamientos? Eso sí, nos toco los temas más variados, tan pronto te estaba hablando de las erupciones volcánicas, que te contaba las investigaciones que estaban haciendo para rebajar los niveles de colesterol, que ejercía de crítico de cine, que te hablaba de como cultivar un huerto, que te aconsejaba que sitios visitar en la península, que te relataba sus viajes, que nombraba (sin quererlo nombrar) lo del trasvase del Ebro, que nos ponía al día de las energías renovables... bueno, un sinfín de cosas que nos importaban un pimiento morrón (no saque la recortá porque no pude meterla en la maleta que si no...)
Hicimos amistad con María, ¡¡¡más maja ella!!!, aunque tan pronto pudimos darle esquinazo salimos por piernas.
Nosotras solitas (sin preguntar ni na) encontramos el garito más chulo del pueblo (aunque la música... –aquí es donde se debe incluir la famosa frase de Kaktus: “que le corten las manos ya le haré yo las....”- pero era eso o salsa, y no la de untar precisamente) Para nuestra sorpresa, el camarero era el gemelo de uno de nuestros camareros de sonrisa encantadora (se aceptan apuestas, a ver quien acierta a que camarero me refiero), eso sí, éste algo más morenito de piel y con la cabeza rapada... por lo demás, como dos gotas de agua, oiga.
El último día descubrimos lo que nos decía el camarero de la puerta. El poooooooooobre nos encorrió hasta la barra para preguntarnos: “¿Por qué nunca queréis mesa?”. Y nosotras que pensábamos que nos saludaba cuando entrábamos y en realidad lo que hacía era ofrecernos una mesa... pooooooooobre, que remordimientos de conciencia de no hacerle caso ningún día.
No nos perdimos en toda la semana y eso que La Maru puso todo de tu parte. Mi frase de la semana fue: “¿Dónde vas?”, a lo que me respondía: “No lo sé”. Joer, la tía, desviaba la ruta con tanta seguridad que hasta me hacía dudar a mí de adonde queríamos llegar (Maru, Reina... que eres una Reina, que te quiero)
Nos pasaron un montonazo de cosas más pero tampoco es cuestión de que sepáis tanto como nosotras ¿no os parece?
Nosotras solitas (sin preguntar ni na) encontramos el garito más chulo del pueblo (aunque la música... –aquí es donde se debe incluir la famosa frase de Kaktus: “que le corten las manos ya le haré yo las....”- pero era eso o salsa, y no la de untar precisamente) Para nuestra sorpresa, el camarero era el gemelo de uno de nuestros camareros de sonrisa encantadora (se aceptan apuestas, a ver quien acierta a que camarero me refiero), eso sí, éste algo más morenito de piel y con la cabeza rapada... por lo demás, como dos gotas de agua, oiga.
El último día descubrimos lo que nos decía el camarero de la puerta. El poooooooooobre nos encorrió hasta la barra para preguntarnos: “¿Por qué nunca queréis mesa?”. Y nosotras que pensábamos que nos saludaba cuando entrábamos y en realidad lo que hacía era ofrecernos una mesa... pooooooooobre, que remordimientos de conciencia de no hacerle caso ningún día.
No nos perdimos en toda la semana y eso que La Maru puso todo de tu parte. Mi frase de la semana fue: “¿Dónde vas?”, a lo que me respondía: “No lo sé”. Joer, la tía, desviaba la ruta con tanta seguridad que hasta me hacía dudar a mí de adonde queríamos llegar (Maru, Reina... que eres una Reina, que te quiero)
Nos pasaron un montonazo de cosas más pero tampoco es cuestión de que sepáis tanto como nosotras ¿no os parece?
Comentarios
Bueno y que tal el vinito de la Geria ¿o no lo probasteis?
Carburo, veo que tu estarías dispuesto a compartir cama con la Maru... ahora sólo te falta saber si ella estaría dispuesta a compartirla contigo.
Pues si que probamos el vinito de la Geria y... pues ni fu ni fa... y el queso de allí... pues como que tampoco.
Rufus, no me sento mal el comentario del recepcionista... lo hizo esperando que no supieramos que contestar y... pues que le salio el tiro por la culata, jeje.
Las más marchosas del vuelo... pues no lo sé, mira que cuando sacas a estos yayos de su tierra natal se desmelenan y dan miedito. Lo único que es seguro es que fuimos las que menos nos movimos mientras estabamos en el aire.
Ostras qué risas, niña! vayamos donde vayamos nos consideran las lesbianas vascas. Anda que si nos quedamos con la cama de matrimonio en pleno S.Ballantines, igual hasta me pongo tonta! jajaja
Nefertiti, yo ahora también me rio peeeeeeeeeeeero... estuvimos a puntico de cortarnos las venas.
HombreRe, m'alegro de que te guste. No hagas volar demasiado la imaginación, tampoco tiene demasiada carnaza la información oculta.
Maru, yo estoy por empadronarme ya en Donosti, jajaja.
Por una vez, y sin que hubiera servido de precedente, te hubiera permitido ponerte tonta, jaja.
Rufus, eso es lo que tiene currar de cara al público, te da unas tablas que no veas.
Sólo tengo un pero... que tienes en contra de la salsa? vale que no te guste, pero no es mala música... Deberias venirte un viernes al Kafka a mover el esqueleto e igual te enamorabas...
Besotes, guapa!!
Ya hemos pasado por la experiencia del kafka
Tomo nota, la próxima vez te escondemos bajo el jersey y te llevamos con nosotras... que deseguro que tendremos las risas garantizadas contigo.
Nunca hubiese imaginado un mejor lugar para viajar. Prometo estarme quietecito todo el viaje.
(Espera que me estoy limpiando la baba)
Aunque... ahora que recuerdo... tampoco estuvo mal.
(...)
Vale.
Besos cariño
El q pasa de vez en cdo por aqi, gracias a tu tambien por preocuparte por mis huesecillos... pero es que creo que la neurona de pensar se me ha cogido unos días de vacaciones sin previo aviso.
yo otra vez (que supongo que eres El q pasa de vez en cdo por aqi), jamás os abandonaría por otros... en caso de irme os llevaría a todos conmigo.