El Director la había llamado al despacho, sabía que no era nada bueno, algún castigo le iba a caer, no sabía el motivo pero “algo malo” había hecho. Antes de llamar a la puerta comprobó que tenía en regla su uniforme (la falda bien colocada, la blusita bien metida, la corbata con el nudo recto, los calcetines completamente subidos y los zapatos limpios y relucientes) Trago saliva y llamó a la puerta (toc toc). Una voz le respondió con tono severo: .- Entra pequeña Las rodillas le flaquearon pero empujo la puerta, cuanto más tardara en entrar peor sería. .- Sabes porque estas aquí ¿verdad? No tenía ni idea pero la experiencia le había enseñado que era mejor declararse culpable, el castigo siempre era menor: .- Si, Señor. Lo siento muchísimo, no se volverá a repetir .- ¿Piensas que con poner cara de niña buena y decir un “lo siento” es suficiente? Ya sabes que no… Ya sabes que debes hacer… y NO ME HAGAS PERDER TIEMPO A punto de llorar se tum
Comentarios
El concierto benéfico... cuando quieras, no es necesario que te de yo carta blanca, jaja.
Yo tengo una flauta y un amigo con rastas...quién trae al perro?
¿Un amigo con rastas?... a ese no nos lo has presentado... que curiosidad
jajajaja
Silvi, ambas dos cosas, por supuesto.
Morbo? un tio con rastas? mmmm
Pistols, a mi tambien me da mucha grimilla cada vez que lo veo por las mañanas... como que estoy planteándome darle un martillazo y acabar así con su sufrimiento.
pobre bicho! darle un martillazo dice.. que te ha hecho??? ponle unas monedillas no???