El verano ya se acaba (o eso parece, porque cuando El Corte Ingles anuncia sus corticoles es porque esto ha terminado ¿no?) y la gente se va reincorporando a sus puestos. Mis neuronas van volviendo, poquito a poco, a su sitio predeterminado (aunque queda alguna de las importantes en paradero desconocido) El curso escolar esta a puntico de empezar... así que tendremos que empezar a afilar los lápices y a estrujarnos un poquitillo las ideas. Pues eso... que próximamente espero volver a la normalidad y dedicar a este rinconcito un poquitillo más de tiempo. No os deprimais por la vuelta al curro (que algunas no nos hemos ido) y pensar que ya queda un día menos para volver a coger vacaciones.
La ves llegar. Lleva un bonito vestido blanco que deja sus hombros al descubierto. Adviertes que al trasluz el vestido es completamente transparente, permitiendo ver aquello que comenzabas a imaginar. No puedes apartar tu mirada. Te das cuenta que bajo esa ligera tela no hay nada más. Si se observa detenidamente puedes ver como se dibuja su culete redondito, como a ti te gusta, que pide guerra. No puedes evitar tener una erección al contemplarlo, notas como te aprieta más y más el pantalón. No puedes apartar tu vista, quieres aprenderte el contorno de ese trasero. Deseas que se de la vuelta para contemplarla al completo. Te entrar ganas de gritarle “GÍRATE” pero hay mucha gente alrededor y quieres pensar que eres el único que se ha dado cuenta de su presencia, el único que contempla su “desnudez” Cuando se gira puedes apreciar como se dibuja su pubis, una fina hilera de pelillos (que imaginas muy suaves) dirigen el camino hasta el “paraís
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